miércoles, 26 de septiembre de 2012

Compa Francisco, son los sueños todavía

Mauro Calanchina







Compa Francisco, son los sueños todavía
Por Nelton Rivera.

Compa Francisco, ahora que te conozco un poco más, entiendo qué se siente que una cámara te cuelgue del cuello cuando se necesita tener las manos libres y hacer malabares para que el lente no golpee con cuialquier cosa.

Los pendientes del cuidado y mantenimiento, recargar la batería, limpiar los lentes, la carga del flash, liberar el espacio de la tarjeta y archivar las imágenes de cada jornada.

Entiendo cuando tu compa insiste en que no agarre tu dinámica de largas horas de desvelos en la computadora: diseñando, diagramando, editando, aplicando filtros, recortando, definiendo tonalidades, colores, retocando.

Puedo decir que te conozco un poco más, cuando llevo el equipo a todos lados, cuando capturo un pedazo de historia viva, de luchas y resistencias, la mirada curiosa y pícara de los niños y niñas ante una cámara, o la sensación de enamorarte de una mujer detrás del lente por un segundo y nada más.

Recuerdo que años atrás se vivían las marchas, los bloqueos o los piquetes de manera distinta, ahora puedo abrazarlos por completo con el zoom, revisar de norte a sur, de este a oeste buscando un ángulo, guardar tantos momentos, lugares, personas, hilarlos después y armar la historia. Compa Francisco el trabajo es más placentero porque se aprende a amar eso de estar haciendo fotografía, pero no cualquier fotografía.

Tengo que confesar lo bien que se siente tener al enemgio al frente, al opresor o su achichincle, bajo la mira del lente, apuntar, observar, respirar, colocar el dedo en el gatillo, soltar la ráfaga, cuando acciono el mecanismo y la luz del flash que se detonan en milésimas de segundos, lograr impactar en el objetivo y luego desear que no fuera simplemente una cámara. 

Tu subias desde el cono sur
y venias desde antes
con el amor al mundo bien adentro
fue una estrella quien te puso aquí
y te hizo de este pueblo
de gratitud nacieron muchos hombres
que igual que tu no querian que te fueras
y son otros desde entonces”...



Compa Francisco voy a tomar unas líneas de la canción de Gerardo Alfonso dedicada al Ché, con seguridad ninguno se va a molestar tan siquiera un poco.  Es que vos con el Ché tenes tantas cosas en común, como las noches sesionando y  caminando durante el día. Ambos pusieron los sueños en un mundo diferente.

Ambos creyeron en la mujer y el hombre nuevos, que el camino para los pueblos es la revolución y que este caminar esta lleno de memorias pasadas, memorias vivas, memorias futuras y que para ser parte de ellas hay que estar preparados para asumir lo que toque, lo que venga, lo que sea.

A vos  Mauro en memoria.






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