Mauro Calanchina
Compa
Francisco, son los sueños todavía
Por
Nelton Rivera.
Compa
Francisco, ahora que te conozco un poco más, entiendo qué se siente que
una cámara te cuelgue del cuello cuando se necesita tener las manos
libres y hacer malabares para que el lente no golpee con cuialquier
cosa.
Los
pendientes del cuidado y mantenimiento, recargar la batería, limpiar
los lentes, la carga del flash, liberar el espacio de la tarjeta y
archivar las imágenes de cada jornada.
Entiendo
cuando tu compa insiste en que no agarre tu dinámica de largas horas de
desvelos en la computadora: diseñando, diagramando, editando,
aplicando filtros, recortando, definiendo tonalidades, colores,
retocando.
Puedo
decir que te conozco un poco más, cuando llevo el equipo a todos
lados, cuando capturo un pedazo de historia viva, de luchas y
resistencias, la mirada curiosa y pícara de los niños y niñas ante
una cámara, o la sensación de enamorarte de una mujer
detrás del lente por un segundo y nada más.
Recuerdo
que años atrás se vivían las marchas, los bloqueos o los piquetes de
manera distinta, ahora puedo abrazarlos por completo con el zoom,
revisar de norte a sur, de este a oeste buscando un ángulo, guardar
tantos momentos, lugares, personas, hilarlos después y armar la
historia. Compa Francisco el trabajo es más placentero porque se
aprende a amar eso de estar haciendo fotografía, pero no cualquier
fotografía.
Tengo
que confesar lo bien que se siente tener al enemgio al frente, al
opresor o su achichincle, bajo la mira del lente, apuntar, observar,
respirar, colocar el dedo en el gatillo, soltar la ráfaga, cuando
acciono el mecanismo y la luz del flash que se detonan en milésimas
de segundos, lograr impactar en el objetivo y luego desear que no fuera simplemente una cámara.
“Tu
subias desde el cono sur
y venias desde antes
con el amor al mundo bien adentro
fue una estrella quien te puso aquí
y te hizo de este pueblo
de gratitud nacieron muchos hombres
que igual que tu no querian que te fueras
y son otros desde entonces”...
y venias desde antes
con el amor al mundo bien adentro
fue una estrella quien te puso aquí
y te hizo de este pueblo
de gratitud nacieron muchos hombres
que igual que tu no querian que te fueras
y son otros desde entonces”...
Compa
Francisco voy a tomar unas líneas de la canción de Gerardo Alfonso
dedicada al Ché, con seguridad ninguno se va a molestar tan
siquiera un poco. Es que vos con el Ché tenes tantas
cosas en común, como las noches sesionando y caminando durante el día. Ambos
pusieron los sueños en un mundo diferente.
Ambos
creyeron en la mujer y el hombre nuevos, que el camino para los
pueblos es la revolución y que este caminar esta lleno de memorias
pasadas, memorias vivas, memorias futuras y que para ser parte de
ellas hay que estar preparados para asumir lo que toque, lo que
venga, lo que sea.
A
vos
Mauro en memoria.
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