Septiembre del año 2006, exactamente un 15 de
septiembre un puñado de adolescentes se tomó el cielo por asalto, mejor dicho el
guacamolón por asalto.
Aun desconozco de quien fue la idea, ni en que momento surgió o que lugar se tomo la decisión de que harían una acción más: romper el desfile patrio y detener la privatización de la educación.
Aun desconozco de quien fue la idea, ni en que momento surgió o que lugar se tomo la decisión de que harían una acción más: romper el desfile patrio y detener la privatización de la educación.
Los estudiantes normalistas llevaba ya más 7 meses
luchando contra la reforma a la carrera magisterial que con tanta vehemencia y
alocado frenesí impulsaba la ex ministra de educación María del
Carmen Aceña.
El movimiento estudiantil normalistas inició en
marzo con las primeras acciones, fue la primer movilización del 2006, luego el
13 de julio se toman las carreteras y entradas principales a la ciudad de
Guatemala, en agosto los estudiantes toman Aqueche, INCA, Belen y la Normal. En los departamentos los estudiantes normalistas se levantan tambien y la lucha se vuelve nacional.
La ex ministra Aceña se negaba a establecer un
dialogo con niños y adolecentes que cada día radicalizaban mas la protesta,
seguramente le es inconcebible que jóvenes que provienen de la clase pobre de
este país se sentaran a discutir en contra de un proyecto neoliberal que ella
con tanto esfuerzo no lograba aprobar.
15 de septiembre: ese día la Plaza de la
Constitución estaba completamente llena, miles de personas con ardo
sentido patrio estaban de feriado, docenas de establecimientos desfilaron por
la 6 calle y 6ª avenida de la zona 1, pasando frente al Palacio Nacional.
En la tarima principal el presidente-conejo, sus ministros, uniformes militares
de alto rango combinaban con los atuendos-disfraces de los estudiantes que se
esforzaron por marchar con porte militar desde temprana hora.
El presidente-conejo (Oscar Berger) saludaba el
desfile, las bandas y gastadores. Cerca de él su seguridad presidencial muy
seguros de la seguridad. En el perímetro otros anillos de seguridad aun más
seguros de la seguridad, total que les podía pasar. En los techos de los
edificios Lucky, Del Centro, EGSSA y Catedral uno que otro franco tirador
trasnochado llevando sol, preparado por si aparecía en el aire algún avión
rezagado de esos que por moda se estrellaban contra torres gemelas, por aquello
que el guacamolón tiene 4 torres.
Llego el momento, entre la multitud y los agentes de seguridad del Estado se
fueron reconociendo rostros, miradas, complicidades y se formaron dos columnas
de normalistas, calladitos y calladitas avanzaron desde la 6ª avenida esquina
con el guacamolón al costado izquierdo, caminaron hacia la tarima
presidencial, rapidito y pegaditos a la barda perimetral instalada para
garantizar la seguridad del presidente.
Nadie los vio pasar, menos que esas columnas de
adolecentes iban armadas, los normalistas se juntaron frente al presidente,
nadie hacia falta, era el momento. Con pañuelos cubriendo el rostro, cartulinas
en mano se tomaron la calle, gritos, consignas, exigencias y el tiempo se
detuvo.
El desfile se había detenido, la banda del colegio
que esta por pasar se había callado, solo eran un puñado de normalistas que se
habían tomado el cielo por asalto, el primer objetivo se había logrado “romper
el desfile del 15 de septiembre”. La seguridad del presidente su tercer anillo
y segundo anillo no entendían que estaba pasando, hasta que reaccionaron
y en menos de 15 minutos habían sacado a Oscar Berger violentamente cargado.
Ministros e invitados no entendían a donde llevaban
al señor presidente, porque lo habían retirado de esa manera, ¿Cual era el
riesgo? Si solo era un puñado de adolecentes que protestaban contra una
ministra, una reforma y un sistema.
Los normalistas lo habían logrado, quitaron a un
presidente, de la misma manera como quitaron al dictador Jorge
Ubico aquellos estudiantes del 44, solamente que esta acción duraría
solamente minutos, pero suficientes para escribir un capitulo más en la
historia del movimiento estudiantil de secundaria.
Los estudiantes protestaron el tiempo que
quisieron, luego como entraron salieron, la acción estaba hecha, lograron lo que
días antes habían planificado, sin pensarlo habían logrado burlar
toda la seguridad del Estado, derrocaron al presidente-conejo.
Al retirarse de la plaza, los animadores del evento
regresaron a las arengas patrias, los colegios siguieron desfilando, quizás el
presidente regreso a su silla, pero ese 15 de septiembre no fue el tradicional
festejo de independencia, se había burlado la seguridad del presidente.
De inmediato las reprimendas en contra de los
oficiales que no habían reaccionado, y el protocolo de seguridad?
Meses después la ex ministra no pudo imponer la
reforma, fue derrotada por esos mismos normalistas, cuentan que ese día el
puñado de normalistas no estaba solo, pero esa es otra historia.
Lo cierto es que seis años después vuelve el mismo
proyecto de privatizar y la misma reforma, ahora son otros y otras las jóvenes
en defensa y resistencia, el movimiento
estudiantil sigue vivo, la actual ministra Cintya del Águila es de la misma
escuela de Aceña y ambas responden a los mismos intereses mezquinos del poder, pero
esa es otra historia.
Fotos: entre la milpa y alguien más.
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